viernes, 21 de febrero de 2020

"Intemperie" de Jesús Carrasco

La próxima reunión del club de lectura tendrá lugar el jueves día 27 de mayo de 2021, a las 19:30 horas. En ella comentaremos el libro de Jesús Carrasco "Intemperie".

Un niño escapado de casa, escucha, agazapado en el fondo de su escondrijo, los gritos de los hombres que le buscan. Cuando la partida pasa, lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente de aquello que le ha hecho huir. Una noche, sus pasos se cruzan con los de un viejo cabrero y, a partir de ese momento, ya nada será igual para ninguno de los dos. Intemperie narra la huida de un niño a través de un país castigado por la sequía y gobernado por la violencia. Un mundo cerrado, sin nombres ni fechas, en el que la moral ha escapado por el mismo sumidero por el que se ha ido el agua.

A través de arquetipos como el niño, el cabrero o el alguacil, Jesús Carrasco construye un relato duro, salpicado de momentos de gran lirismo. Una novela tallada palabra a palabra, donde la presencia de una naturaleza inclemente hilvana toda la historia hasta confundirse con la trama y en la que la dignidad del ser humano brota entre las grietas secas de la tierra con una fuerza inusitada.

"Intemperie" ha consagrado a Jesús Carrasco como uno de los debuts más deslumbrantes del panorama literario internacional, siendo galardonada con el Premio Libro del Año otorgado por el Gremio de Libreros de Madrid, el Premio de Cultura, Arte y Literatura de la Fundación de Estudios Rurales, el English PEN Award y el Prix Ulysse a la Mejor Primera Novela. Ha quedado finalista del Premio de Literatura Europea en Holanda, del Prix Méditerranée Étranger en Francia, y de los premios Dulce Chacón, Quimera, Cálamo y San Clemente en España. Elegida como Libro del Año por El País en 2013 y seleccionada por The Independent como uno de los mejores libros traducidos de 2014 en Reino Unido, "Intemperie" ha sido traducida a una veintena de lenguas y ha sido adaptada al cine por Benito Zambrano.

3 comentarios:

  1. Una tarde de mayo volvemos a las reuniones del Club de Lectura, una actividad mensual que durante los meses de pandemia nos vimos obligados a suspender por esas evidentes razones sanitarias que nos obligaron a guardar las estrictas medidas de seguridad e higiene, aunque nuestros compañeros han seguido sus lecturas con el mismo tesón de siempre. Pero el reencuentro, siempre es agradable, la conversación y las opiniones, tan variadas como acertadas que suscita la obra en cuestión, en definitiva, poner en valor ese contacto humano y cercano que nos hermana en la literatura.
    Nos quedó, leído, pero sin comentar, Intemperie (2013), la primera novela de Jesús Carrasco (Badajoz, 1972), que ahora retomamos, y de la que, como siempre, hemos hablado y hemos hecho todo tipo de comentarios. Es verdad que, siempre se puede intentar escribir una historia universal, aunque no siempre se consigue, y tal vez, Jesús Carrasco ha juicio de muchos lo haya conseguido con su fábula, su particular visión y la recuperación de esa cultura de los objetos nimios, de la vida rural y campesina de tanta tradición en este país, y de la crueldad para sobrellevar una existencia tan tremendista como real. Sorprende gratamente que esta novela resulte atemporal, sobresale la escasez de sus personajes que crecen psicológicamente a medida que avanzamos en su lectura, y lo mejor es que la narración se sostiene por el lirismo contenido en la ejecución precisa del lenguaje esgrimido, por su concreción y significado.

    Pedro Martínez Domene.

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  2. Carrasco parte de una anécdota para contar su historia y, en torno a ella, teje un ambiente donde los elementos de lo narrado se mezclan con la calculada fortaleza del lenguaje escogido. Un niño huye de su casa familiar, de su pueblo y, sobre todo, de las garras de un alguacil de quien guarda un oscuro secreto. Las condiciones a las que se enfrenta la criatura en medio de la nada, y de una sequedad extrema, al que se añade un calor sofocante, le llevan hasta un viejo cabrero y desde ese mismo momento, el narrador parece unir sus destinos porque a lo largo de las páginas siguientes ambos luchan por su supervivencia que el mundo les parece negar en aquel inhóspito paisaje que si bien no podemos concretar, quizá podríamos aventurar por las sierras extremeñas o andaluzas. Paso a paso, Carrasco emplea con la sutileza de un cirujano, y con una extrema elocuencia verbal y sintagmática, todos y cada uno de los contratiempos que situarán a sus personajes, al chico y al viejo, al borde la muerte, bien por hambre, sed e insolación o por las heridas que cuando el alguacil y sus hombres una vez que consiguen localizarlos, le causan sobre todo al pastor. Cada página de esta novela se convierte en un reto y pese a la escasez de personajes y la abundancia de descripción, concreción y detallismo, el lector va recomponiendo las distintas fases de una tragedia donde la muerte siempre se sitúa en la linde misma del final previsto.
    Un personaje más, mediado el libro, se incorpora a este esperpéntico paisaje de desolación, un inválido que sobrevive en una aldea abandonada hasta donde llega el chico en busca de agua y se ve sorprendido por el tullido que cuando lo captura, decide salir en busca del alguacil para entregárselo. Una vez que esto ocurre, comprendemos el inicio de la historia y justificamos, de alguna manera, el tremendo desarrollo de la misma, lo excesivo de algunas de sus secuencias e imágenes, y sobre todo la virulenta visión de la especie humana que Jesús Carrasco nos ofrece en su mejor debut literario.

    Pedro Martínez Domene.

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  3. La novela suscitó amables comentarios en general, y gustó como ejemplo de una de las muchas lecturas que hemos realizado, pero el tiempo dice mucho a favor de la literatura, y Jesús Carrasco debe mostrar el calaje de su literatura en un futuro, y esperemos que se acerque a ese concepto universal que otros autores de nuestra historia han conseguido, Valle-Inclán, Cela o Delibes de quienes tomo el tremendismo de una buen y excelsa literatura.

    Pedro Martínez Domene.

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