lunes, 3 de junio de 2019

"Mimoun" de Rafael Chirbes

La próxima reunión del club de lectura tendrá lugar el viernes día 21 de junio de 2019, a las 19:30 horas. En ella comentaremos el libro "Mimoun" de Rafael Chirbes.

Un profesor de español llega a Marruecos con el vago propósito de concluir una novela. Se instala en Mimoun, un pueblo del Atlas, y allí se cierne sobre él un extraño tejido de relaciones en el que los personajes se mueven, tropiezan y desaparecen como bolas de un billar americano. Francisco, Hassan, Aixa, Rachida o Charpent son para Manuel, el narrador-protagonista, seres enigmáticos sobre los que proyecta su propio desconcierto. Pero es Charpent, un misterioso exiliado, quien, con su proceso autodestructor, le ofrece a Manuel el contrapunto más exacto de su propio destino, resumido en las palabras de Rilke: «Oh, Señor, concede a cada cual su propia muerte.» El Marruecos de Mimoun no es un marco exótico, sino un espacio palpitante y hostil donde los personajes buscan la fuerza necesaria para seguir viviendo. Escrita en un estilo contenido, más sugerente que indicativo, es al mismo tiempo una narración tensa y pasional que no oculta su pretensión catártica. Veinte años después de su primera edición, Mimoun, la primera novela de Rafael Chirbes, que fue tan bien acogida por la crítica y los lectores, sigue brillando en su narrativa como una joya de inquietante belleza. «Chirbes ha sabido inventar una nueva voz» (Álvaro Pombo). «Hermosa e inquietante» (Carmen Martín Gaite). «Espléndida novela» (Javier Goñi). «Un debut impresionante» (Publishers Weekly).

2 comentarios:

  1. Cerramos un nuevo curso lector con Mimoun, la primera novela de Rafael Chirbes, finalista del Premio Narrativa Anagrama de 1988, una sólida entrega que ha sobrevivido al paso del tiempo durante estos más de treinta años.
    El argumento gira en torno al año que Manuel, un profesor español, pasó en Mimoun, un pueblo marroquí próximo a Fez, con el pretexto de escribir una novela que, pese a sus expectativas, la atmósfera del lugar le impedirá llevar a cabo. El interés de la historia surge en la forma de contárnoslo porque el texto transmite múltiples sensaciones. Mimoun, como escenario, se convierte en una larga pesadilla para su protagonista, muestra un mundo cerrado, un lugar donde se sabe todo, aunque no se exprese, en el que se siente la constante vigilancia de la policía y los lugareños, es opresivo, siniestro, y tremendamente masculino; persiste una permanente tortura y uno nunca deja de sentirse amenazado. Escrito con una aparente sencillez, su prosa, es de una enorme belleza, abundan las frases cortas, y no menos ejemplar la descripción de Mimoun, una ciudad muerta, abandonada por los franceses tras la independencia, solo animada por el zoco de los jueves, y sobresale la creación de una atmósfera fantasmagórica que cambia con las estaciones: en verano se cubre de polvo y calor, en invierno de nieve, barro y frío. En las primaveras y los otoños vuelve esa luminosa belleza que caracteriza al lugar, el aire es más transparente y limpio. La tierra roja, la lluvia y el viento que azota durante semanas seguidas ese insólito lugar, contribuye a un ambiente enloquecedor que afecta a sus habitantes. La decrepitud de la ciudad, el olor a cementerio de todo el país se contagia a los que habitan el lugar. Mimoun se convierte en un lugar simbólico, sin personas vivas, muestra inexcusable de tierras baldías, habitado por fantasmas.
    Descubrimos que Manuel, el narrador, es un tipo abúlico, con tendencia a dejarse impresionar por el entorno, como si se abandonara a la voluntad del ambiente y las circunstancias. Forma parte del grupo de los extranjeros, junto con otro español, Francisco, y un francés, Charpent, aunque se relaciona con los nativos, que lo observan como una rareza y se aprovechan de él. Los tres personajes comparten algo más que el entorno de La Creuse, la mansión maldita ubicada en lo alto de un cerro que atrae bandadas de perros que aúllan por las noches, en la que murió violentamente un antiguo misionero, pero sobre todo comparten un sentimiento de fracaso, el amor por el arte, el desencanto en sus profesiones, su soledad más absoluta, y esa necesidad de ocultar parte de sus vidas y el miedo hacia el exterior, alimentado hacia sí mismos y que a lo largo del relato irá minando sus vidas. Por otra parte, está la ausencia de amor, porque la novela transmite desesperanza, una continua huida y un afán permanente de autodestrucción. Es una historia donde lo que no se cuenta adquiere gran importancia. Chirbes sintetiza y nos obliga a poner nuestra mente de lectores a trabajar, nos ofrece momentos sublimes como la misteriosa muerte de Charpent, el incendio intencionado de La Creuse, que a nadie importa, el intento de suicidio de Francisco, el ahorcamiento del perro por una mano anónima con un cable del piano, como episodios que duermen en el misterio y contribuyen a enrarecer el clima de ensoñación agudizado por el alcoholismo permanente en el día a día.

    ResponderEliminar
  2. Mimoun refleja la realidad marroquí del momento, una sociedad devastada por la pobreza, la incultura y la corrupción política. La novela tiene un sesgo masculino hasta el punto de limitar las relaciones sexuales de Manuel a los hombres o las prostitutas, un aspecto que agudiza la impresión decadente de sí mismo y, la relación que mantiene con Hassan, el bello marroquí, con el que se acuesta de vez en cuando, está dominada por este último, su indolencia y el hecho de que sea Manuel quien tenga dinero. El español se convertirá en un juguete en manos de los árabes, incluido el enigmático personaje de Rachida, la mujer de la limpieza, y por supuesto de la policía.
    Resulta una crónica inquietante de ese pequeño enclave, Mimoun, y también de sus gentes, excepto de las mujeres consideradas decentes que permanecen escondidas en sus hogares y que, de alguna manera, resulta una observación incisiva del narrador, implicado en el micromundo, capaz de ver el interior de la desconfianza, sin solución, tanto de marroquíes como de españoles, e incluso los franceses. Esta historia cuenta retazos de vida, cuantifica la soledad de sus personajes, la supervivencia y muestra su fragilidad como seres humanos.
    Rafael Chirbes, como hemos podido comprobar, no es un escritor complaciente ni optimista, observa la sociedad y la despedaza con toda la lucidez del mundo, y nos sorprende con una novela escrita en la década de los ochenta, cuando los autores españoles se dejaron llevar por la euforia temática de la transición.
    Una vez más, una amena conversación y puesta en común de la obra, llevó a expresar opiniones sobre una obra que gustó en general, porque muestra esa angustiosa visión de unos seres al borde mismo del declive humano, pero sobre todo pone de manifiesto la absoluta soledad a que se enfrentan sus protagonistas en busca de un paraíso para sobrevivir a sus miserias. Buen clima, en esta reunión previa a un largo y caluroso verano que, de alguna manera, conllevaremos con otras y diferentes lecturas, aquellas a que uno mismo se acerque, y luego convierta en materia de aprendizaje, de pasión y entretenimiento.

    Pedro Martínez Domene

    ResponderEliminar