jueves, 28 de marzo de 2019

"El avión a Kinshasa y otros relatos" de Ginés Bonillo

La próxima reunión del club de lectura tendrá lugar el jueves 25 de abril de 2019, a las 19:30 horas.

En ella contaremos con la presencia de Ginés Bonillo, autor del libro, con quien tendremos la oportunidad de comentar "El avión a Kinshasa y otros relatos".

En estos Tiempos modernos el lector se encontrará con un señor que saca de paseo por la calle sus imponentes testículos en un carrito; un invitado que llega a la cena cuando los anfitriones ya se han acostado; un yonqui que resulta burlado; un herido que sale con más molestias cada vez que entra a la sala de curas; un dentista contundente que sólo realiza 383 extracciones en los meses menos productivos; una invasión de extraños y contagiosos fufufiífu; y un inaudito celibato, el más célebre de la España musulmana… entre otros asuntos.

Sabrá que puede enfrentarse a serias dificultades en una frontera por tener un solo nombre; por qué le enseña un profesor los resultados de su reciente vasectomía a una antigua alumna; cómo se explica que dos amigos compren el mismo piso a la vez; y cómo pueden bordear Europa por el norte las carabelas portuguesas, atravesar Asia y desembarcar en Alicante… entre otras cuestiones.

Aprenderá cómo solicitar un divorcio exprés, sin anestesia pero con refuerzos; cómo crear un excitante ambiente erótico; a usar tácticas militares infalibles para descongelar el frigorífico; y a valorar las ventajas de ser desordenado;… entre otras destrezas.

Y usted… ¿atinaría a identificar la profesión de los tres cerditos?; ¿se atrevería a apostar con qué se escribe “vicio”?; u ¿osaría probar a abrir la puerta de los vecinos con su propia llave?... entre otros enigmas.

1 comentario:

  1. Fue una tarde-noche de encuentro con autor, en este caso, Ginés Bonillo (Zurgena, Almería, 1961) que nos invitaba a leer su puñado de cuentos, El avión a Kinshasa y otros relatos (2018) un libro que, en el prólogo, Pedro Felipe S. Granados, señala una primera impresión que nos acerca a “el viejo vicio de contar”.
    Dejemos constancia del concepto cuento, cuando mi admirado y buen amigo, Medardo Fraile, y a propósito del término aseguraba con toda rotundidad que, “No sé lo que es un cuento. Un cuento me parece lo más fino y personal y lo menos manchado que puede hacer un escritor. Quiero decir finura literaria y cuando hablo de mancha me refiero a manchas de conciencia. El cuento es sincero siempre hasta resultar fantástico y descabellado y apura la verdad tanto que resulta pueril. El cuento que nos hace meditar con suavidad y nos muestra el mundo como desde una vidriera policromada, camina con soltura por el corazón y la metafísica (…) Creo, de verdad, que el escritor que hace un buen cuento moja su mano en agua bendita y se limpia de pecados veniales”.
    Afirmaciones que nos vienen bien para, de alguna manera, situar en el mapa literario contemporáneo este puñado de relatos, como Ginés Bonillo califica sus historias, donde despliega anécdotas, noticias y sucesos cotidianos que dibujan a sus criaturas literarias y que se parecen a los ámbitos de su familia, de los amigos o de su propia y libre imaginación que ahora comparte con sus lectores. La capacidad de fabular del almeriense resulta tan curiosa como admirable porque el cosmos creado por su imaginación resulta cercano para un lector a medida que avanza en las páginas de su libro, forma parte de un espacio social bastante reconocible y contribuye, en muchos casos, a arrancarnos una sonrisa, depararnos alguna sorpresa y a provocarnos bastante regocijo.
    Como la vida misma, los relatos reunidos, se agrupan en diversos ejes temáticos que se refieren a la Medicina (incluido el temido y temible dentista) y sus consecuencias, algo que parece recurrente y obsesivo porque el autor insiste en algunos otros relatos a lo largo del resto del libro, la Docencia y toda una gama de acaecimientos curiosos y no menos irónicos con adolescentes que miran el mundo de una manera diferente, y la mayor parte de ellos se refieren a un diversificado contenido de relaciones humanas: la vida doméstica, situaciones familiares, viajes y viajeros que Ginés Bonillo, como buen docente, sostiene y subraya con esa maravillosa herramienta que es la palabra, medida, ajustada, de milimétrica precisión que nos envuelven en el mundo de la ciencia, de la enseñanza, de los juegos de palabras, que del mismo modo cuantifican esa realidad a que sometemos la lengua a diario.
    La variedad temática y textual de estos relatos viene acompañada de innumerables citas literarias, del mundo literario del que hace gala Ginés Bonillo, sin duda, voraz lector, enamorado literato, amante de un universo de autores que van desde Cicerón, Horacio, Kant, Cervantes, de la Fontaine, Carpentier, Bierce, Banville, o McCarthy, sin olvidar al Arcipreste de Hita, Shakespeare, Machado o Cortázar.
    Ginés Bonillo nos ofrece las diferentes maneras de la modalidad del género cuento, extensos y breves, y una profunda lección que se convierte en un discurso didáctico que, en ocasiones, se acerca a espléndidas anécdotas donde el humor, la ironía, el sarcasmo, o un absoluto surrealismo confiere a la historia su valor más absoluto. No defraudan cuentos como “El avión a Kinshasa”, “¡Eran arquitectos!”, “El celibato de Córdoba”, o “Amor, Amor”, entre otros.
    Al final, tras la presentación y lectura previa de los miembros del Club, amena charla, cambio de impresiones con el autor, suma de anécdotas y situaciones vividas por el autor, los lectores nos acercamos al mundo descrito por Ginés Bonillo porque, sin lugar a dudas, “un cuento es el retrato literario de una situación crítica, y crítica entendida siempre en términos humanos”.

    Pedro Martínez Domene.

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