viernes, 22 de febrero de 2019

"Frankenstein" de Mary W. Shelley

La próxima reunión del club de lectura tendrá lugar el jueves día 28 de marzo de 2019, a las 19:30 horas. En ella comentaremos "Frankenstein" de Mary W. Shelley.

La noche del 16 de junio de 1816, después de que Lord Byron y Percy B. Shelley discutieran largamente sobre la posibilidad de descubrir el principuo vital de la naturaleza y transferirlo a un cuerpo inerte, Mary W. Shelley tuvo una memorable pesadilla sobre la visión de un monstruo creado por la ciencia humana. Éste sería el punto de partida de una de las obras más proféticas de la historia de la literatura: Frankenstein o el moderno Prometeo. Un drama romántico sobre la voluntad prometeica del ser humano, decidida a emular y planteando nuevos problemas morales de consecuencias desconocidas. Los recientes avances de la ciencias biológicas, en esta época de clones y transgénicos, nos invitan a recorrer, convirtiendo su obra en un clásico tan vivo y actual como hace casi 200 años.

La vida de Mary W. Shelley (1797-1851) estuvo marcada por su apasionada relación con el poeta Percy B. Shelley. Autora de otras novelas, relatos, libros de viaje y poesía, ninguna de ellas alcanzó el éxito y la trascendencia de la historia de la criatura creada a partir de cadáveres humanos que escribió a raíz de su competencia amistosa entre Lord Byron, Polidori y su marido.

1 comentario:

  1. Hemos vuelto nuestra mirada, una vez más, a un clásico de la literatura universal, y en esta ocasión ha sido al drama romántico de la narrativa inglesa, Frankenstein, de Mary Shelley (1797-1851) autora que tan solo tenía dieciocho años cuando compuso su novela aunque esta obra revela una sorprendente madurez. En ella Shelley no solo cuestiona la desatinada ambición que lleva a su protagonista a usurpar el poder divino y a privilegiar la ciencia sobre los sentimientos, sino que nos transmite una enseñanza tan antigua como la que nos dice “que la sabiduría trae consigo la pérdida de la inocencia y conlleva el sufrimiento”. Pero, al mismo tiempo, cierta melancolía, una tremenda obsesión, y los conceptos de la muerte y el amor es lo que encontramos cuando leemos este clásico. Desde el primer momento nunca pensamos que Frankenstein sea un monstruo sin corazón, que solo se caracteriza por dar torpes pasos, en gruñir y caminar con los brazos extendidos como ha venido siendo caracterizado, sino que nunca tuvo nombre propio, porque Víctor Frankenstein, nombre del científico, jamás puso nombre a su creación, y además porque el libro no trata exclusivamente del nacimiento de un ser monstruoso, sino que Mary Shelley muestra cómo la habilidad de un científico apasionado crea vida y cómo este nuevo ser trata de comprender la complejidad de su existencia.
    El joven Victor Frankenstein obsesionado por desentrañar los secretos de la naturaleza y descubrir el principio de la vida se enfrasca en la creación de un ser humano, saquea tumbas y ensambla miembros de cadáveres, a los que les aplica la “chispa vital” de la corriente eléctrica. Sin embargo, tan pronto como cobra vida, la monstruosa criatura es rechazada por el atormentado científico y perseguida y maltratada por las gentes que se va encontrando, pese a la bondad con que se comporta. Para buscar alivio a la insoportable soledad y al sufrimiento que lo atormenta, el “monstruo” recurre a su creador y acaba protagonizando un fatídico enfrentamiento con él que Mary Shelley irá relatando en su novela. La novela está contada por tres personajes: el propio Víctor Frankenstein, el marinero Robert Walton y la criatura, de manera que se alterna la narración en primera y tercera persona, y así encontramos los diálogos entre los personajes y la narración epistolar a través de cartas.
    Como buen texto romántico, resalta sus características más esenciales, ambientes gélidos, las noches lúgubres, cementerios, paisajes agrestes y lejanos o el susurro de animales del bosque forman parte de la atmósfera y ciertas metáforas, y si se añade el elemento emocional del relato Frankenstein es una novela gótica. Sin embargo, la presencia de algunos elementos científicos hace que la obra pueda ser considerada como casi de ciencia ficción a la vez.
    Un buen ambiente rodeó la reunión del Club donde se expusieron algunos de los mejores momentos de esta lectura, el valor de la prosa, ajustada y medida, la buena traducción, y el pulso narrativo de una joven Shelley capaz de abordar un tema que trasciende a nuestros días, y se convierte en tema de debate cuando el hombre se cree capaz de estar por encima del bien y del mal, de la vida y de la muerte, o en definitiva de la suerte que conlleva la existencia del hombre con sus bondades y miserias.

    Pedro Martínez Domene.

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