lunes, 3 de febrero de 2014

"Profundo Sur" de Juan José Téllez

La próxima reunión del club de lectura tendrá lugar el martes 25 de febrero de 2014, a las 19:30 horas. En ella comentaremos el libro de Juan José Téllez "Profundo Sur".

En dicha reunión contaremos con la presencia del autor del libro.

Las historias, los relatos de este nuevo libro de Juan José Téllez (Algeciras, Cádiz, 1958) transcurren entre la ciudad de Cádiz y la bahía de Algeciras, un territorio ampliamente explorado por el narrador gaditano, fabulado a su medida que, con el paso del tiempo, y a través de anteriores entregas -Amor negro (1989), Territorio estrecho (1991), El loro pálido (1999) o Main Street (2003)- se ha convertido en una espacio geográfico bien definido. Estos cuentos retocados por la mano de su autor, se convierten en auténticas crónicas con los datos suficientes como para confundir realidad con ficción. Así que, en realidad, Téllez teje una auténtica tela de araña entre sus historias que son capaces de revivir escenas de cine y letras de música popular, mezclar huelgas en calles y barrios, describir contubernios y antros, y enumerar todas las suertes del arte de la tauromaquia en un caótico recuento de disquisiciones que, proporcionalmente, nos ofrecen el mejor retrato de los tipos más variopintos y de una época significativa: la larga postguerra, los caóticos años 60 y bien entrados los significativos 70.

1 comentario:

  1. Siempre es una suerte para nuestro Club de Lectura contar con la presencia de un autor cuyo libro hayamos leído y disfrutado al mismo tiempo, sobre todo porque las opiniones vertidas sobre el mismo, pueden ser contrastadas o verificadas por el narrador. Las historias, los relatos de este nuevo libro de Juan José Téllez (Algeciras, Cádiz, 1958), transcurren entre la ciudad de Cádiz y la bahía de Algeciras, un territorio ampliamente explorado por el gaditano, fabulado a su medida que, con el paso del tiempo, y a través de anteriores entregas, Amor negro (1989), Territorio estrecho (1991), El loro pálido (1999) o Main Street (2003), se ha convertido en una espacio geográfico bien definido. Estos cuentos retocados por la mano de su autor, se convierten en auténticas crónicas con los datos suficientes como para confundir realidad y ficción. Así que Téllez, como él mismo manifestó, teje una auténtica tela de araña entre sus historias que son capaces de revivir escenas de cine y letras de música popular, mezclar huelgas en calles y barrios, describir contubernios y antros, y enumerar todas y cada una de las suertes del arte de la tauromaquia en un caótico recuento de disquisiciones que, proporcionalmente, nos ofrecen el mejor retrato de los tipos más variopintos y de una época significativa: la larga postguerra, los caóticos años 60 y bien entrados los significativos 70.
    Los guiños de Téllez para enmarcar sus historias, para dotarlas de esa jocosidad y gracia lingüística se traducen en oficios, como en, “Samurai”, que cuenta parte de la vida del torero Miguelín, y lo convierte en ficción transformándolo en un caricaturesco alter ego sin que se muestra acritud alguna en sus descripciones taurinas, sino todo lo contrario. Algo parecido ocurre en “Un dólar” donde el tren donde viaja Truman Capote es asaltado, y este llega a creer como bandoleros de una obra de Merimeé ponen en jaque a los viajeros, o el curioso mundo de las carreras de caballos en el primero de los relatos de tanta raigambre, “El verano del Apocalipsis”. La cuota generacional Juan José Téllez se la sacude con un espléndido retrato en “La boda de John Lennon”, los cines de barrio, “Cuando las pistolas hablan” y “Náufragos” con personajes adolescentes tan inocentes que observan como la era de Franco suspira o termina con la perspectiva de nuevos horizontes con que abrazar un futuro repleto de nuevas perspectivas y posibilidades para salir, al fin, de la bahía.
    Junto al pulso acertado del humor que abunda en muchas de sus páginas, como auténtica garantía de calidad y, sobre todo, sano sentir humano, otro de los aciertos de Profundo Sur es el empleo curioso, que llamó mucho la atención entre los asistentes, de las características lingüísticas y el habla gaditanos que, como señala el autor, reproduce el mismo de sus abuelos, porque el habla popular sigue existiendo en las calles del Sur por donde se transita, y convertirla en esencia misma de una obra literaria resulta algo bastante complicado, aunque ya sería suficiente con reproducir la atmósfera.
    El resto queda para la memoria, la nostalgia funciona como elemento narrativo, lo mismo que un cierto aire de psicopatía y de amor platónico que conforman un universo narrativo más amplio. Y de las historias de Profundo Sur se percibe bastante más que playa, turistas, Semana Santa, toros, o chirigotas que nada tienen que ver con realidad de un Sur tan profundo como rico, y de eso se trata de contar y, además, hacerlo bien.
    Resultó una amena velada y una puesta en común acerca de esa otra Andalucía tan alejada de estas tierras, aunque ten cercana en el corazón. No importa que los relatos estén escritos en Cádiz o Almería, lo importante es la sabiduría empleada para reproducir esa pizca de buen humor y mejor literatura.

    Pedro M. Domene




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