jueves, 10 de agosto de 2017

"Rojo y Negro" de Stendhal

La próxima reunión del club de lectura tendrá lugar el jueves 21 de septiembre de 2017, a las 19:30 horas. En ella comentaremos el libro "Rojo y Negro" de Stendhal.

Publicada en 1839, "Rojo y negro" tiene, como todas la novelas de Stendhal, un trasfondo histórico y social (aquí la Francia de la Restauración), que enmarca el relato de la ambición y la fuerza de voluntad de Julien Sorel, un plebeyo provinciano, inconformista y rebelde. La historia, basada en un suceso criminal publicado en la Gazette des Tribunaux, tiene un título claramente simbólico, explicado por su autor al afirmar que por "rojo" entendía la carrera criminal y por "negro", la eclesiástica, las dos únicas salidas posibles del protagonista, un apuesto joven, carente de recursos que, gracias a su inteligencia, ha recibido del bondadoso cura de su pueblo una educación privilegiada; lo que, unido a su afán de poder, a su imaginación exaltada y al irresistible poder de seducción que ejerce sobre las mujeres, despierta en él la inquebrantable resolución de encumbrarse y hacer fortuna. Aunque apreciada en su época por una minoría, Rojo y negro, obra cumbre de la narrativa del siglo XIX, sitúa a Stendhal como el primer novelista de genio de la era burguesa, "el archinarrador ante el Altísimo", como decía Ortega y Gasset.

1 comentario:

  1. El verano nos proporcionó el tiempo suficiente para disfrutar, una vez más, de unos de los clásicos universales, Rojo y Negro, de Stendhal.
    Se trata de una voluminosa novela importante por su realismo y por el tratamiento psicológico de sus personajes. Ambientada en la Francia del siglo XIX, Stendhal narra la historia de un joven humilde, hijo de un aserradero, Julien Sorel, que es contratado como prefecto de los hijos de una familia adinerada, en concreto del Alcalde de Verrierès. Allí se irá ganando poco a poco el cariño y la confianza de los niños, y al mismo tiempo establece un atormentado romance con la mujer del Alcalde, la señora de Renal. El protagonista no termina de acostumbrarse a vivir rodeado de personas corrompidas por el poder y la riqueza, que personifica en el señor de Renal. Y angustiado por las circunstancias decide ingresar en un seminario, así que
    la última noche antes de partir, la señora de Renal se muestra distante y fría, lo que provoca el enfado de Julien y su posterior intento de olvidarla. Pronto en el seminario, Julien se ganará la confianza del abate Pirard, quien se da cuenta de su capacidad y su ambición, y lo protege de sus compañeros por quienes es despreciado, convirtiéndolo en su mano derecha y ofreciéndole la oportunidad de ser el secretario del marqués de La Mole en París. Y una vez allí seguirá ganándose el respeto y la admiración de muchos, a la vez que se enamora de la hija del marqués de La Mole, Mathilde, a la que compara con la señora de Renal e intenta suplirla. Ésta, también se encapricha de Julien, ya que ve en él algo nuevo: talento, orgullo e ingenio, rechazando y despreciando a todos sus pretendientes. El fatídico final, sin desvelar, para quienes se atrevan a desentrañar la maestría de una historia y el valor añadido de clásico francés como Stendhal.
    La obra daría pie a abundantes comentarios y entre otras muchas virtudes, los miembros del Club ensalzaban la maestría de Stendhal para lograr el ambiente y la caracterización de sus personajes, además de lograr una crítica cerca de la monarquía, la nobleza o la alta burguesía, sin que la iglesia que a un lado. Los personajes, las relaciones matrimoniales, la pedantería de los nobles o las ambiciones de los burgueses interesaron a los contertulios que, una vez más, magnifican la maestría de la Literatura con mayúscula sobre la que el paso del tiempo no hace sino afianzar en vasto universo literario.
    Una obra más para el catálogo personal de nuestros amigos lectores que suman un clásico y la perspectiva que supone la visión de una literatura universal de los últimos cien años, la francesa que desde la Revolución y las sucesivas República ha contribuido a generalizar los clásicos como ese tipo de lectura sobre la que uno siempre vuelve.

    Pedro Martínez Domene

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