miércoles, 2 de diciembre de 2015

"La Navidad para un niño en Gales" de Dylan Thomas.

La próxima reunión del club de lectura tendrá lugar el miércoles día 16 de Diciembre de 2015, a las 19:00 horas. En ella comentaremos el libro de Dylan Thomas "La Navidad para un niño en Gales". Una vez acabada la reunión, celebraremos la tradicional cena de Navidad del club de lectura.


La Navidades son tiempo de paz y amor, de reencuentros y comidas… y de libros.  Y no sólo porque uno de los mejores regalos (al menos en mi opinión) sea un libro, sino porque pocas épocas del año son más literarias.  ¿Cuántos textos se habrán ambientado en una Navidad nevada?  ¿De cuantos relatos será protagonista el espíritu navideño?

Es cierto que algunos cuentos navideños tienden a ser ñoños y sensibleros, pero este género ha inspirado relatos magníficos y “La Navidad para un niño en Gales”, del galés Dylan Thomas, es sin duda uno de ellos.  Y es sorprendente, porque Thomas es conocido sobre todo por sus poemas. Pero en realidad, aunque se trate de un cuento, “La Navidad para un niño en Gales” es un libro cargado de lirismo.


Se trata, en realidad, de un conjunto de recuerdos sobre las Navidades pasadas, cuando era niño, desgranados con una hermosa prosa poética que se puede disfrutar en todo su esplendor gracias a la edición bilingüe, que es la elegida para esta ocasión.

Escultura de Dylan Thomas en Swansea:


2 comentarios:

  1. La Navidad es esa entrañable fiesta familiar que celebran universalmente las buenas gentes del mundo y que, de alguna manera, revisa las voluntades y el sentimiento del amor, al menos, durante unos días festivos al año. De carácter humilde y campesino, ha llegado hasta nosotros envuelta en decoración y luces, fiesta y cena familiar, villancicos y regalos que convierten su significado en algo, evidentemente, social y consumista. La literatura nunca ha sido ajena a estos días festivos a los que, tras los tradicionales dulces y belenes cristianos, se han incorporado, la nieve, los árboles adornados, y el famoso Santa Claus, de evidente tradición nórdica.
    En nuestro Club de Lectura no hemos querido ser ajenos a esta festividad, y como en años anteriores hemos dedicado nuestra atención a un libro sobre la Navidad, en esta ocasión, La Navidad para un niño en Gales, del gran poeta, Dylan Thomas. También es verdad que algunos de los autores más destacados han puesto su mirada y su pluma para celebrar con nosotros una blanca festividad. Durante años se ha considerado que Canción de Navidad (1843), de Charles Dickens, ofrece una visión dura y denigrante de la sociedad británica del XIX, un relato breve donde abogaba sobre la condición del proletariado más pobre y las consecuencias de un empobrecimiento progresivo. Una visión del pasado, del presente y del futuro, en la víspera de la Navidad llevan a su protagonista, Ebenezer Scrooge, a cambiar su actitud vital para mostrar el amor y la solidaridad entre sus semejantes, sobre todo con su empleado, Bob Cratchit y su pequeño hijito enfermo, Tiny Tim. Truman Capote ofrecía con Una Navidad (1983) el relato de la soledad de un niño que cuenta su Navidad sin padres o con unos que resultan extraños para él, solo el recuerdo de su anciana amiga Sook, y su extrema bondad, logran paliar el descubrimiento de que, en realidad, Papá Noel tampoco existe. Entre ambos libros, La Navidad para un niño en Gales (1955), del poeta Dylan Thomas, sobresale, más de cincuenta años después de su publicación, quizá porque el poeta Thomas encontró esa interrelación entre su verso y la prosa, algo tan inevitable como el resultado de la vida misma.

    Pedro M. Domene

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  2. En este cuento de La Navidad para un niño en Gales ocurren aquellas cosas que nos recuerdan al mágico territorio de la infancia. El mes de diciembre era blanco, siempre nevaba en Navidad, los niños se protegían las manos del frío envueltas en viejos calcetines, les tiraban bolas de nieve a los felinos y Jim, junto al narrador, se convertían en tramperos con gorro de piel y mocasines en busca de su presa, pero los dichosos gatos que eran muy listos no aparecían nunca. Thomas sitúa su relato en un pueblo de la costa de Gales y todo empieza con un fuego en la casa de la señora Prothero: bomberos, policía y ambulancia, fue, según el narrador, una Nochebuena con muchos avatares. Y luego estaban los carteros que hacían su camino con la nariz colorada, y las botas llenas de hielo; y, también, estaban los regalos: los útiles, tapabocas, bufandas, boinas, o los libros, y los inútiles: bolsas con muñequitos de gominola, patos de goma, cuadernos de dibujo, o el juego de la Oca. En la noche de Navidad siempre sonaba algo de música y aquellas eran noches largas y tranquilas. Dylan Thomas da brillo, con su prosa, al valor de una irrenunciable fiesta universal, la Navidad, una celebración que sigue teniendo ese extraño poder de convocatoria en muchos hogares del mundo.
    Y para algunos miembros del club, su lectura ha sido la nostalgia de los viejos tiempos, la niñez con sus momentos felices, cargados de esa inocencia que nos hacía ver las cosas de muy distinta forma, una tradición que, cada cual evoca de manera muy personal; eso no quita para que aun hoy oigamos villancicos, nos atiborremos del dulces, y convengamos que quizá, como refiere el dicho “todo tiempo pasado fue mejor”, sin duda el de nuestra infancia, y los alegres momentos de la Navidad. Quizá por eso, aun debamos decir con el mismo espíritu, “Feliz Navidad”, sobre todo a nuestros amigos y compañeros que cada mes del año nos regalan su presencia en nuestro Club.
    A la vuelta, ya en 2016, leeremos algo muy, muy diferente, Wilt, del inglés Tom Sharpe.

    Pedro M. Domene

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