miércoles, 6 de julio de 2011

"Madame Bovary" de Gustave Flaubert.

La próxima reunión del club de lectura tendrá lugar el martes 30 de agosto de 2011, a las 19:30 h. En ella comentaremos "Madame Bovary" de Gustave Flaubert.

La soñadora Emma, una joven de provincias casada con Charles Bovary, quien la ama pero es incapaz de comprenderla y satisfacerla, buscará la realización de sus sueños en otros amores, pasionales y platónicos..., pero ninguno de ellos logrará calmar su desesperada ansiedad y sus románticas inquietudes. La publicación de "Madane Bovary" (1856) provocó el escándalo de la burguesía francesa, esclava de mil prejuicios, y el proceso judicial que siguió contribuyó a un éxito editorial sin precedentes. Flaubert veía así cómo su obra servía más para satisfacer el morbo que para deleitarse en el caudal narrativo que contenía. Hoy "Madame Bovary" es considerada el auténtico pórtico de la modernidad literaria. El omnipresente narrador teje con un rigor documental una sólida trama en la que la técnica de la narración, la descripción, el análisis de caracteres y el diálogo son trabajados minuciosamente y en una interrelación perfecta.
"Madame Bovary" es considerada una de las mejores obras lingüísticas de la historia, una de las novelas que dieron principio a la narrativa moderna.
Gustave Flaubert nos muestra su punto de vista sobre la vida de la alta sociedad en la Francia de principios del siglo XIX a través de Emma Bovary, mujer infelizmente casada, cuyos sueños chocan cruelmente con la realidad. El autor rompe con todas las convenciones morales y literarias de la burguesía de la época, tal vez porque nadie antes se había atrevido a presentar un prototipo de heroína de ficción tan rebelde y poco resignada al destino.

8 comentarios:

  1. La trama de este libro es buena. Hay que reconocer que Flaubert creó una gran puerta entre el romanticismo y el realismo, con una relación extraordinaria entre los personajes. Pero para mi, Emma representa el tipo de mujer fantasiosa que espera vivir en un mundo color de rosa y que cae de una manera no muy agradable en la realidad.

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  2. Flaubert nos presenta una sociedad burguesa, aburrida, gris, chismosa y depravada. Inmersa en ella, una mujer, Emma, que intenta por todos los medios liberarse y escapar a su destino. Una mujer que de forma activa y siendo siempre sincera y coherente con sus sentimientos -es sin duda el personaje mas honesto de la novela- trata de buscar su propia felicidad, revelándose ante una sociedad opresora y asfixiante.

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  3. La historia en sí es bastante triste, una historia de amor, pero más bien es de desamor, y de lo que somos capaces cuando tenemos este sentimiento. Los personajes son únicos, es uno de los mejores libros que he leído, no me suelen gustar los libros de amor, lo leí por ser un clásico de la literatura, y es posiblemente lo mejor que he leído en mi vida.

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  4. Desde mi punto de vista se trata de un libro un tanto complejo, que nos aporta gran cantidad de información acerca del estilo de vida de la época y que desde luego tiene una gran calidad literaria, pero que cuenta con la desventaja de que se hace muy lento y tedioso y que hay que armarse de paciencia si queremos acabarlo de leer, porque nos resultará cuanto menos difícil.

    Un buen desafío de este club de lectura de cara al verano. Os deseo suerte y que os guste.

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  5. Una gran novela de Gustave Flaubert, que ha generado polémica a lo largo de generaciones, en particular, sobre el comportamiento de Emma, su protagonista. Fuente inagotable de debate en sesiones de lectura de las bibliotecas, o cualquier club de lectura que se precie. Una trama que se presta al diálogo: ¿Emma es una "mala cabeza" traicionando a su marido con sus amantes? o por el contrario ¿se trata de un deseo de emancipación y de forjarse una identidad propia? ¿un emblema poco menos que feminista?
    En la discusión caben todos los puntos de vista, la lectura admite abordarla desde todos los ángulos, es posible que no importen tanto las infidelidades de Emma como su afán en la búsqueda de una vida más feliz.
    Normalmente nos parece que ha de haber una barrera entre lo que privadamente se desea (una cosa son las fantasías) y lo que (públicamente o no) se puede llegar a hacer. Pero no me negareis que Emma (o mejor dicho Flaubert) pone sobre el tapete la discutible tendencia de hombres y mujeres a la infidelidad.

    Saludos.

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  6. Lecturas de verano:

    Mientras paso las últimas páginas de Madame Bovary, la propuesta de nuestro Club de Lectura para este verano, y disfruto de los días soleados y calurosos del mes de agosto, propongo desde aquí algunas lecturas que he venido haciendo durante estas semanas de mayor tranquilidad, y cuando otras obligaciones me lo permitían. Vaya por delante que son meros apuntes de un lector que disfruta, eso sí, de un libro a la sombra de su terraza, junto a un té caliente y pensando, siempre, que a uno de los mayores placeres a los que se enfrenta cada día es su paseo vespertino, muchas horas de escritura y, para rematar la jornada, un buen libro entre las manos. Casi a principio mismo del verano leí, con asombro, Los enamoramientos (Alfaguara), de Javier Marías, una novela compleja, densa, que cuenta como una horrible fuerza causa ciertos hechos externos y la inconveniencia que provocan los mismos: el amor. ¿Quién no ha tenido un amor de verano a los quince años? pues para nostálgicos y quienes ya observamos la vida transcurrida con una mirada diferente, recomiendo En la luz inmóvil (Algaida) de Ramón Pernas, el relato de una adolescencia hasta una madurez placentera, con la década de los 60, la transición y la democracia como trasfondo. Y una visión histórica diferente, de ultramar, de un autor del que nunca me defrauda, Antonio Skármeta que publica, Los días del arcoiris (Planeta), la historia de Nico, un adolecente que verá cómo se llevan a su padre, durante la dictadura chilena de Pinochet, a punto de celebrarse el plebiscito de 1988 que otorgaría la continuidad o no del dictador en el poder, una novela de ilusión y esperanza en tiempos difíciles. Apasionado del relato, recomiendo, muy vivamente dos colecciones, El final del amor (Páginas de Espuma) de Marcos Giralt Torrente, en realidad, cuatro historias o cuentos largos cuyo motivo temático se sugiere en el título: el amor, y las relaciones humanas y el deterioro sucesivo de unas vidas truncadas que, de alguna manera, terminan en ruptura; y de un carisma diferente, El vigilante del fiordo (Tusquets), de Fernando Aramburu, con ocho cuentos de variada factura: un matrimonio empujado por el miedo a cambiar a huir de ciudad en ciudad, los testimonios de personajes en la tragedia del 11-M, un adolescente que descubre a su padre durante unas vacaciones o la situación de pesadilla que vive un hombre de mediana edad en las orillas de un fiordo noruego con la única misión de alertar de la presencia de terroristas. Cuentos que bien valen un rato de lectura. Y mientras termino, por encargo, una extensa reseña sobre Días de ira (Páginas de Espuma), de Jorge Volpi, recomiendo estas tres novelas catalogadas como de «media distancia» y con aspectos relacionados con la locura o el mal.
    Una última sugerencia, sobre mi mesa, La acabadora, de Michela Murgia, a quien no conozco, una novela que no he leído, pero que tiene muy buena pinta, sobre todo porque la editorial Salamandra nunca me defrauda. Prometo leerla y si esta narradora nacida en Cerdeña me defraudase, prometo decirlo en esta misma columna.
    Buen resto de verano, y buenas lecturas.

    Pedro M. Domene.

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  7. Conocía la historia, dado que había visto la película, pero el libro me ha sorprendido, pues Flaubert hace un uso del lenguaje que atonta, que fascina, una literatura para recrearse y disfrutar. Todo un clásico realmente maravilloso. Enhorabuena a vuestro club de lectura por haber seleccionado tan buen libro.

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  8. Gustave Flaubert publicó Madame Bovary en 1857, y el tiempo ha demostrado que la novela es el mejor ejemplo del movimiento literario denominado realismo, aunque por su compleja estructura y pretensión, siempre se ha considerado como una novela alegórica, puesto que el romance (o romances) vividos por la protagonista pasan por sus propias decepciones, su pena moral y terminan en suicidio. El protagonista masculino tampoco sale bien parado, representa una crítica a la sociedad burguesa del XIX, alejada del espíritu de la revolución francesa y los sucesivos gobiernos absolutistas.
    El Club de Lectura volvió tras el paréntesis veraniego con ganas de saludar a los amigos, emprender nuevas empresas literarias, y con la satisfacción de haber leído un espléndida novela calificada de clásica por la Literatura Universal. Como siempre y como caracteriza a nuestro club, las opiniones sobre la obra de Flaubert fueron dispersas, tan atinadas como variopintas, y en general se consideró que la obra cubría las expectativas de un largo verano lector. La imagen que proyecta Madame Bovary es, sin duda, la de una mujer que puede dejar indiferente a cualquier, algo de simpatía, o incluso puede despertar pasión por su visión de la naturaleza de las cosas. Tal vez porque se trata de una mujer que vive más la ficción que la realidad, Emma se ve envuelta en la vorágine de una vida que no le satisface puesto que sus expectativas de una existencia mejor se van disipando a medida que transcurre el relato. Divida en tres partes, Flaubert cuenta los primeros pasos de Charles Bovary para ejercer de médico, se casa con una viuda por expresa petición de su madre, y un buen día acude a la granja del señor Rouault, donde conoce a la encantadora y joven Emma, de quien se enamora perdidamente. Charles que ha enviudado reciente, la pide en matrimonio y esta joven amante de lecturas románticas se sumerge en una vida que no corresponde con la realidad. Tras su matrimonio enferma, y el abnegado marido decide cambiar de aires e instalarse en Yonville, donde Emma dará a luz una niña y nunca ejercerá de madre, pero iniciará toda una serie de relaciones amorosas que provocarán su caída final: León, Rodolphe, y el antiguo conocido, el marqués de Vaubyessard. Durante todo este tiempo, Emma Bovary irá contrayendo deudas en la persona del señor Lhereux. En la tercera y última parte, sus numerosas deudas y el abandono de sus amantes, llevan a la Bovary a la desesperación y al suicidio dejando a su familia en su situación más crítica. Poco después, Charles Bovary pierde todos sus bienes, descubre una carta y advierte que su mujer le ha sido infiel y poco después muere dejando a la pequeña Barthe huérfana. En alguna ocasión, hemos podido leer que madame Bovary es la novela del deseo, la vida de un personaje atormentado y acomplejado, que en cierto modo se convierte en la novela del destino, o de los destinos de quienes rodean a esta singular dama del realismo universal.
    Próxima cita: Taxidermia, de Francisco Antonio Carrasco, un colección de cuentos singular y de tremenda actualidad.

    Pedro M. Domene.

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