La novela “Fortunata y Jacinta” (1886-1887) es considerada
la obra maestra de Benito Pérez Galdós (1843-1920), y suele ser nombrada junto
a La Regenta
de Leopoldo Alas, pues ambas constituyen la cima narrativa de la novela
decimonónica española. Es más, existe un amplio consenso crítico respecto al
hecho de que esta obra es después de El Quijote la ficción más importante
escrita en España. El escenario de la obra galdosiana es Madrid y los
protagonistas principales, Juanito Santa Cruz y Fortunata, viven en la hoy
llamada zona centro, cerca de la Plaza Mayor. La tormentosa relación amorosa entre
los dos protagonistas, incapaces de superar las dificultades que su diferencia
de estatus social les impone, se desarrolla en el ambiente castizo de finales
del siglo XIX, presentándose, además, un panorama completísimo de la vida y
actividades de la clase media española.
El papel de la mujer en la sociedad, con Fortunata y Jacinta
como máximas exponentes, la hipocresía dominante en una burguesía que intenta
superar su anquilosamiento, la religiosidad asfixiante y dominante, los hábitos
más generalizados, las costumbres más arraigadas, todo ello se da cita en esta
grandísima novela, que es el mayor exponente del realismo literario español y
la mejor muestra del talento narrativo de uno de los más grandes escritores de
la literatura española de todos los tiempos.
Benito Pérez Galdós, novelista, dramaturgo y cronista
español, es uno de los principales representantes de la novela realista del
siglo XIX y uno de los más importantes escritores en lengua española. Su
estancia en Madrid, donde estudió Derecho, le permitió comenzar a realizar
colaboraciones en revistas y frecuentar los ambientes literarios de la época.
Sus obras, de un nítido realismo, fueron un reflejo de su preocupación por los
problemas políticos y sociales del momento. Gran observador, su genial
intuición le permitió plasmar fielmente las atmósferas de los ambientes y los
retratos de lugares y de personajes.
Los críticos coinciden en que no saben qué admirar más: los inolvidables retratos de las dos mujeres que dan título a la novela o el amplio panorama social que las enmarca. Hay que destacar que se trata de más de mil páginas de una gran riqueza narrativa y descriptiva. Es Galdós, sin dudas un poderoso pintor y captador de ambientes y recorre, con mucho corazón, las calles, las plazas, los rincones y los interiores de Madrid. Y esto lo hace y lo logra con una técnica espontánea, fácil, de pinceladas precisas que enriquecen su relato. No hay descuidos, solo aciertos, en la captación del ambiente psicológico de los personajes, a los que cala en sus miserias con una gran capacidad de comprensión.
ResponderEliminarLiteratura con mayúscula, de eso se trataba, tras un largo período vacacional, verano y lectura, y la suerte para muchos de descubrir una obra como Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós.
ResponderEliminarSi sintetizamos, la obra fue publicada en cuatro volúmenes entre enero de 1886 y junio de 1887, y a decir de la crítica especializada, Fortunata y Jacinta es la obra de mayor aliento de Benito Pérez Galdós. Ambientada en Madrid, entre diciembre de 1869 y abril de 1876, recoge, la historia de la mujer legal: Jacinta y la amante: Fortunata, del heredero Juanito Santa Cruz. Al margen del hilo argumental, Galdós escribe sobre el trasfondo de la Primera República, el golpe de Pavía y el inicio de la Restauración, y así construye un vasto universo de ficción a partir de los acontecimientos históricos. Amores apasionados recorren estas páginas, retrato de la burguesía enriquecida, ociosa, feliz, conservadora de su pasado con hábitos intachables, representada por los Santa Cruz, las clases medias, que viven de su trabajo, Maxi y el intento de Fortunata, que se esfuerzan por encontrar acomodo y educación, aunque presionados por los conflictos, y se establece esa relación entre clases, introduciendo tertulias en cafés madrileños, o un filósofo práctico: Evaristo Feijoo y, por supuesto, ambiente de las clases bajas, de necesidad extrema, barrios y calles, y plazas de un Madrid reconocible. Sobresale el talento de Galdós para la caracterización psicológica de los personajes y su poderosa imaginación para concebir tramas argumentales que sitúan a esta prodigiosa novela en la cima de la narrativa del siglo XIX.
Lo más curioso, un largo centenar de personajes secundarios con un perfil psicológico bien dibujado, dentro de un conjunto coral que forman esta especie de comedia humana que Galdós, como Balzac y Dickens habían hecho años antes en sus respectivos países, Francia e Inglaterra, y así hará girar a sus seres en torno a un gran tiovivo alimentado por las emociones y los actos de los personajes protagonistas que se odian y se aman al mismo tiempo, Fortunata, que representa a la mujer del pueblo, instintiva y víctima de su propia fortaleza, y Jacinta, la hembra estéril, sensible hasta la obsesión y finalmente salvada por su instinto maternal frente al acoso de su propia clase que la ampara y evita sufrimientos.
La novela dio pie a una amena charla, y aunque algunos de los presentes habían manifestado no haber leído la obra en su totalidad, o ni siquiera sus primeras páginas, una nueva oportunidad para este clásico que nunca defrauda y deja siempre buen sabor de boca por la majestuosidad de la trama, la prosa, y el valor que infunde Pérez Galdós a su literatura, en especial Fortunata y Jacinta, calificada, sin duda, como su pretensión mayor, en el conjunto de su obra, largamente planeada y ejecutada a lo largo de casi dos años, algo poco habitual en un autor de prosa rápida, pero no menos certera.
Pedro M. Domene
Este libro es uno de los que más me ha gustado entre los que he leído. Siempre está en mi lista de recomendados. Soy Rocío, de la Biblioteca de Berja.
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